
En el entorno empresarial actual, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas se presenta como una transformación necesaria para adaptarse a las demandas de un mercado en constante cambio. Esta medida busca mejorar el bienestar de los empleados y aumentar la productividad sin sacrificar el rendimiento. En este contexto, es fundamental no perder de vista que cada interacción debe mantener calidad para seguir siendo competitivos. Adoptar una jornada reducida implica reestructurar procesos internos y optimizar tiempos y recursos. Cada área debe ajustar sus métodos para garantizar la continuidad operativa sin sobrecargar a los equipos. Externalizar servicios, como la […]